martes, 28 de junio de 2016

El mar de papel charol (1)

CONCHA.-Eva, hija.

EVA.-¿Qué, mamá?

CONCHA.-¿Qué te pasa?, ¿en qué piensas?

EVA.-En nada.

CONCHA.-No has probado bocado.

EVA.-Da igual.

CONCHA.-¿Cómo va a dar igual?

EVA.-No tengo hambre. Me duele aquí dentro.

CONCHA.-¿En dónde?, déjame ver...

EVA.-Aquí, dentro del pecho. Me pesa mucho el corazón.

CONCHA.-(Cierra y abre los ojos.) Para eso no tengo remedio, hija mía. Ojalá supiera qué decirte.


jueves, 2 de junio de 2016

El silencio en el bolsillo

RAÚL.-Está bien, no te preocupes. Puedo soportarlo.

RAFA.-No será para siempre.

RAÚL.-Déjalo, anda.

RAFA.-Me volvería loco de arrepentimiento.

RAÚL.-No conjetures.

miércoles, 4 de mayo de 2016

He comenzado un cuaderno nuevo.

Hace unos meses zozobraba y ahora, aunque, realmente, tampoco dejo de hacerlo, tengo más ilusión y me permito convivir con mis contradicciones, con mis ataques de ternura y con el exceso de mi entusiasmo. Quizá por fin consiga vivir con menos ansiedad.

Conjeturo palabras que asoman desde los sumideros e intento, sí, continúo intentándolo, que no tengan miedo. La temeridad que va y viene; las bravuconadas y la ingenuidad que velan con tantos y tantos descuidos. Las decisiones y la calma, o cierto tipo de equilibrio que consigo entender estos días mientras emprendo nuevos viajes: alguno más diáfano. otro más oscuro; pero tan necesarios para mí como la luz de todos los veranos. 


miércoles, 6 de enero de 2016

La columna vertebral

El viento ruge.

Y me propongo serenidad.

Paciencia. Sosiego.

Recogimiento. Silencio.

Perseverancia.

Continuar. Llevar aquí dentro siempre a mis seres queridos.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Cualquier momento

AURORA.-¿Por qué no lo impediste?

VICTORIANO.-No solo el tiempo corroe las cosas.

AURORA.-No es un buen momento para tus acertijos.

VICTORIANO.-Nunca lo es.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Vuelvo en media hora

CARLA.-¡Me tienes harta! Es la última vez que vengo a buscarte, ¡cámbiale la pila de una puñetera vez al despertador, o..., o duerme con la ventana abierta! Mi tiempo es tan valioso como el tuyo. (Pausa.) ¿Y así todavía?, ¿piensas venir en bragas?

EVA.-Habla más bajo, no estoy sola.

Cambiar la bombilla fundida

El miedo fatiga. Sin apenas darme cuenta imagino nombres de personajes y el color de sus ojos.

Y se lo digo a mis manos.

Porque la necesidad comunicativa es más fuerte.

Y, después, al contaros sus aventuras, la tristeza se amansa.

Cada día una palabra para ser mejor persona. Aunque la encontréis en el prospecto de un jarabe para la tos.